Tras el rastro de la Gloria: Barón Rojo Sur y el Cartel de Cali
- Lab. Etnográfico
- 25 nov 2019
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 3 jun 2020
Por: Annie Vidal y Valentina Pardo
Aunque no se pueda ligar el problema del narcotráfico en Colombia solo con el fútbol, este fenómeno está profundamente arraigado en nuestra cultura. Por ello, tratar de negar las implicaciones que ha tenido el narcotráfico en ella, sería negar también los alcances que éste ha tenido en diferentes ámbitos deportivos, musicales, sociales, políticos y que han cambiado la forma en la que nos desarrollamos como sociedad, determinando nuestra historia reciente. En definitiva, el fútbol fue una de las puertas de entrada de los narcotraficantes a la cultura popular colombiana.
El América de Cali, un reconocido equipo de la ciudad que tiene el mismo nombre y en cuyos inicios se caracterizó por tener una nómina de jugadores locales y ningún lujo, hoy en día es uno de los equipos con mayor hinchada del país, con mayor cantidad de títulos y con un representativo número de investigaciones que vinculan no solo al cuerpo técnico, sino a los jugadores y demás personas cercanas al equipo, con el narcotráfico. ¿Es posible entonces negar los nexos del Cartel de Cali con el América o la mechita como lo llaman algunos? Creemos que la respuesta es no.
Una de las primeras alarmas que llamó la atención de la posible influencia del narcotráfico es la forma en la que un equipo “pequeño” comenzó a cosechar tantos triunfos en tan poco tiempo. Recordemos que durante los años 80s Colombia vivía una crisis institucional, política y social. Los periódicos del momento reflejaban la batalla entre el gobierno y el narcotráfico; carros bomba, secuestros, extorsiones y desapariciones eran el pan de cada día en nuestro país. Sin embargo, a finales de los años 80s los medios de comunicación comenzaron a mostrar los triunfos de los equipos más importantes del país, América, Nacional, Medellín y Millonarios, las personas entonces comenzaron a llenar los estadios y a hablar de fútbol (comutricolor, 2013). Así, el América se convirtió en el primer equipo de la historia en ganar cinco campeonatos seguidos (1982- 1986) y su nombre pasaría a la historia como uno de los equipos más grandes del momento. Los hinchas suelen recordar esta época con mucha nostalgia y muchos de ellos rememoran los inicios de su admiración por el equipo, después o durante esta época de gloria. Además, agregan que esta admiración se transformó para muchos de ellos en una verdadera pasión en donde ver a la mecha jugar era un verdadero placer y en donde la camiseta significaba dar su vida por el equipo. De esta forma, poco a poco se fueron involucrando más, al punto de que conformaron barras como la “Furia Roja” en 1991, caracterizada por la alegría de los hinchas (había personas de distintos sectores sociales) que, ubicados en la tribuna norte, apoyaban al equipo y cantaban para animar la fiesta del fútbol. Sin embargo, la barra se fraccionó y el 21 de diciembre de 1997 se crea el Barón Rojo Sur.
Esta barra, se caracterizó desde sus inicios por ser un espacio en el que las drogas y la violencia confluían al mismo tiempo que apoyaban al América, junto con cantos y trapos que reflejaban el apoyo no solo de los barristas, sino de la hinchada en general a los miembros del cartel de Cali. De esta forma, muchos de ellos si bien no se alegran de que su equipo haya quedado en la lista Clinton en 1997, si agradecen la inyección de presupuesto que Miguel Orejuela le proporcionó y con la que llegó a posicionarse como uno de los mejores equipos (Goal, s.f). La nómina del América durante esa época, se caracterizó por tener jugadores de talla internacional como Julio Cesar Falcioni y Ricardo Gareca, Roberto Cabañas, además de que se rumoraba el posible fichaje de Maradona (América de Cali, s.f). Otro dato a tener en cuenta es en el 89 cuando se dio el asesinato del árbitro Ortega que produjo la cancelación del torneo, pues el fútbol se convirtió en un escenario en el que los capos del narcotráfico competían para demostrar su poderío (América de Cali, s.f). Así, había incertidumbre general y un miedo a pitar los campeonatos de los principales equipos del país. Era una relación abierta, tanto los Rodríguez con el América, como los Rodríguez con el Barón Rojo Sur.
Aun así, la influencia que tuvo originalmente el Cartel de Cali en el equipo es distinta a la que se tiene en este momento. Además, podemos percibir cómo el futbol se convirtió en una especie de opio para la comunidad caleña, con el que se trató de ocultar una realidad social ligada a la guerra entre carteles que se estaba viviendo en los años 80s y 90s y que llevó a repensar las dinámicas sociales y culturales que se tradujeron en nuevas prácticas familiares en donde ir al estadio se convirtió en una forma de pasar tiempo en familia y el estadio se volvió un punto de encuentro, celebración y violencia para hinchas y barristas del América de Cali.
Podemos evidenciar que hay un silenciamiento en las memorias de los hinchas, quienes, si bien no ocultan un pasado influenciado por el narcotráfico, si han elegido no hablar del tema y callar acontecimientos y prácticas que reflejaron la profunda incidencia del narcotráfico en todos los niveles del equipo. La situación de la relación del narcotráfico con la barra, es algo que todos en el mundo del fútbol y en Cali, sabían. Los Rodríguez hicieron al equipo y de ahí en adelante no se habla de nada más. Un secreto a voces, en donde todos se daban cuenta del vínculo que existía, pero no tenían otra intención que ver ganar al equipo. Independientemente de lo que estaba haciendo el Cartel de Cali en la ciudad, el equipo estaba en la gloria con cada título. El narcotráfico hizo parte de los estadios, pero nunca la barra ni el equipo como tal, se interesó por este conflicto, simplemente agradecían lo que pasaba en las canchas, porque al fin y al cabo ese era el resultado final.
Sin embargo, los miembros más antiguos recalcan que si bien los nexos del narcotráfico no son tan palpables como lo era antes, aún se rememoran los cantos, los trapos y las historias de la forma en la que Miguel Orejuela se convirtió en el salvador del América y el responsable de llevar al equipo a la gloria. Un ejemplo de ello, es un pedazo de la canción “Rojo no me falles”, que dice: “Recuerdo las alegrías que vivimos juntos, de la mano de Ochoa y el capo Miguel”. El orgullo es notorio, no como algo absoluto en la barra, pero sí una gran parte está agradecida con ellos por el apoyo que le dieron al equipo, las ayudas económicas, de financiar viajes, de ayudar en trapos y demás. Existen muchas formas en las que conmemoran este pasado de triunfo, desde tatuajes, camisetas, porque son personas que vivieron esa etapa dorada del América con los pros y contras que hubiera, viven de la historia que marcó al equipo. Muchos barristas lo identifican como: “Ni vergüenza ni orgullo, valoro la historia, los títulos, nuestra gloria”. Además, comentan que homenajes como el que se le hizo a la madre de los Rodríguez antes del inicio del partido final de 1997 entre América y Bucaramanga se tiene presente y se realizan, aunque en menor medida en otros espacios distintos al estadio (comutricolor, 2013).
Ahora bien, muchos de los barristas mencionan que en la actualidad el narcotráfico no tiene demasiada influencia en las dinámicas del equipo, y por el contrario, han visto como la barra ha tratado de dejar su pasado violento para tener un enfoque más social, en el que se cambie la forma en la que las personas ven a los barristas y ya no se les asocie a los asesinatos y violencia generalizada entre miembros de barras de diferentes equipos (El país, 2019). Lo anterior, va de la mano con el barrismo social, el cual busca mostrar la otra cara de la barra, fuera del estigma. El barrista es un ciudadano que también puede aportar a la construcción de la ciudad, no sólo un joven que fomenta el conflicto. La barra no pretende reflejar violencia, sino un proceso de reivindicación, de cambio, de construcción de la identidad del barrista. Ahora es momento de creer en el potencial de la barra como agente de cambio para la ciudad a través del fútbol.
Lea el informe final en: https://drive.google.com/file/d/1glOymqS0ZQkLC7RZi8ejqMHkHxkcVm2P/view?usp=sharing
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