Las damas para los caballeros - Daniela Saavedra y Manuela Torres
- Lab. Etnográfico
- 3 jun 2020
- 15 Min. de lectura
El cuerpo de la mujer y el narcotráfico en Cali

Introducción y justificación
En Colombia, la marihuana y la cocaína han sido cultivadas y consumidas desde los años 20 a lo largo del territorio. Debido a su alta producción y “buena calidad”, el narcotráfico obtuvo un auge en el que se hacían negocios ilegales en el extranjero, lo cual permitió que el oficio creciera simultáneamente con la economía legal, con el desarrollo de comunicaciones y con la integración económica, cuyo fuerte fue Estados Unidos. Así, el narcotráfico juega un papel fundamental en la historia de Colombia y hace parte de los relatos tanto académicos como testimoniales de una época que presuntamente hace parte del pasado abrumador del país, aunque aún se encuentre en el presente de la nación.
Conociendo la importancia del narcotráfico y de su influencia en el país, el presente trabajo de investigación pretende excavar en las narrativas de la ciudad de Cali y conocer el impacto del narcotráfico y las influencias del mismo en el cambio de la estética del cuerpo femenino. A lo largo de la historia, los medios de comunicación y los diferentes contenidos que se producen relacionados con el “narco mundo” exponen la existencia de los “duros” en el negocio, de los hombres a cargo; sin embargo, en los relatos se evade la vida de muchas mujeres que también hacen parte de las redes del narcotráfico, quienes desempeñaron o desempeñan el rol de hijas, esposas y viudas, madres preocupadas por el futuro de sus hijos, prostitutas, damas de compañía, o aquellas que llegaron a tener un vínculo laboral tales como las llamadas “mulas”.
En este sentido, y reconociendo la importancia de las mujeres en la vida extravagante, ostentosa y ajetreada de los narcotraficantes; se puede evidenciar un cambio en la cultura Colombiana y en la estética femenina de acuerdo con los estándares de belleza que se fueron consolidando durante la época. En cierto modo, es posible afirmar que, de acuerdo con un estudio sociocultural del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, “el cuerpo puede verse representado como una narrativa del consumo cultural” (Mata 2013).
Así, el cuerpo es el medio mediante el cual los ciudadanos de cierto territorio expresan sus hábitos, sus preferencias en la moda, en lo que es y no es estético. Los consumos y el cuerpo, adicionalmente reflejan lo que se espera de alguien en la sociedad, generando así alteraciones en el sujeto tales como los tatuajes, las cirugías o los cortes de cabello. Consecuentemente, el cuerpo es una mera representación de la simbología cultural, económica y política dentro de una estructura social, incluso reflejando un ideal o una aspiración para los demás.
De acuerdo con lo anterior, el narcotráfico dio paso a una evidente oleada de cambios y reformas en las creencias de los colombianos y en las aspiraciones que una mujer debería tener con respecto a su aspecto físico y a la estética femenina, de tal forma que la figura pudiera asociarse al consumo, a la sexualidad, al poder y la seducción y el placer. Es así como el estudio de aquellos cambios y de las consecuencias que se desataron tras la influencia del narcotráfico en la feminidad y la estética se convierte en un tema de gran relevancia y permite reconocer y analizar este cambio social desde una postura diferente a la que comúnmente se toma.
El narcotráfico es un tema que se ha convertido en una parte relevante de la historia de Colombia; así, los trabajos de investigación relacionados con este tema son de gran ayuda para comprender hechos que aún permean la realidad de los colombianos. De esta manera, es muy importante realizar una investigación que siga las narrativas del narcotráfico, la cual presente un enfoque diferenciador, como por ejemplo, el cuerpo de la mujer en el narcotráfico o los cambios culturales y estéticos del cuerpo femenino tras las influencias del narcotráfico.
Las mujeres en el narcotráfico jugaron un papel bastante relevante, y no solo haciendo referencia a quienes se vieron involucradas directamente con “los duros” del negocio, sino también a aquellas que sin tener relaciones cercanas con este mundo, reflejan los grandes cambios estéticos que surgieron con la llegada de los narcotraficantes. Generalmente, en Cali se evidencia el interés de las mujeres por tener un cuerpo voluptuoso y las cirugías estéticas han sido el camino para llegar a tener “el cuerpo ideal”. Sin embargo, no nos detenemos a pensar en las razones por las cuales los ideales de belleza y la imagen estereotipada de una mujer “bonita” se relacionan con ser delgadas, tener senos y cola grande, o la nariz respingada. Y es que se podría decir que desde los años 90, época de auge del narcotráfico, la estética femenina en el Valle del Cauca tuvo un cambio bastante notorio.
Al ser las cirugías plásticas una opción bastante rentable por solo tener relaciones sexuales con un narcotraficante o alguno de los que trabajaban para este, se convirtió en una moda tener cirugías estéticas, también porque los médicos contratados por los narcotraficantes eran excelentes y el riesgo de morir en una cirugía estética era bastante bajo. En algunos municipios del Valle se ve aún que muchas de las chicas jóvenes al cumplir 15 años piden a sus padres de regalo una cirugía estética, lo cual podría reflejar algunas características de la cultura creada por el narcotráfico.
Lo anterior nos permitió contrastar teoría con vivencias de mujeres profesionales en el ámbito y mujeres que se practicaron cirugías estéticas para conseguir conocer desde ambas perspectivas qué sigue igual, que ha cambiado y qué se ha transformado.
Diseño Metodológico
A través de nuestra investigación quisimos implementar diferentes técnicas cualitativas para conocer los aspectos que entrelazan tanto la idea de estética femenina en la actualidad como el narcotráfico y sus consecuencias en la ciudad de Cali.
Utilizamos principalmente la revisión documental (libros, archivos, revistas, fotografías, entre otros), con el fin de hacer un recorrido histórico por el narcotráfico, y de este modo poder comprender la forma en la que la estética del cuerpo femenino fue alterada para generar el estereotipo creado por el mismo narcotraficante, y los cambios que hoy en día están presentes en la cultura vallecaucana.
Adicionalmente, realizamos entrevistas individuales a profundidad de forma virtual a personas que trabajan en el medio de la cirugía estética y a mujeres que se han practicado dichas cirugías (lipectomia, mamoplastia de aumento, lipoescultura y gluteoplastia) y tuvimos en cuenta las opiniones de algunas personas del común, quienes nos dieron una idea de la concepción de feminidad y de estética que culturalmente se encuentra establecida en nuestra población objeto de estudio.
Finalmente realizamos una corpografía a través de una videollamada en donde se le solicitó a una mujer que hiciera un dibujo en donde se resaltaran las cirugías estéticas que tiene en su cuerpo. Posteriormente, pedimos que mencionara algunos aspectos de su vida social que hubieran cambiado después de haberse sometido a dichos procedimientos.
Contexto
Para este trabajo nos hemos enfocado en las cirugías estéticas en el valle del Cauca desde los años 90, directamente relacionadas con la mujer.
Para el desarrollo de este tema nos hemos centrado en la cirugía estética regida en un contexto de la narco cultura desde un entorno machista, en que la mujer debe cumplir con unos estereotipos para poder ser parte de la sociedad y ser vistas como mujeres estéticamente bellas. Estos estándares sociales afectan a la mujer de una manera directa, ya que las que se pueden realizar cirugías estéticas deben llevar un proceso de auto aceptación luego de estas, y las que no se las pueden realizar piensan que si pudieran hacerlo su vida sería mejor. Por otro lado, aunque las dinámicas del narcotráfico ha cambiado, su influencia se sigue viendo en los parámetros de la estética femenina.
Todo el proceso de investigación estuvo planeado durante el semestre académico antes de la cuarentena. Al estar confinados todos en casa, tuvimos que pensarnos nuevas estrategias para llevar a cabo este proceso de investigación, donde cambiamos un poco los métodos dándonos nuevas opciones desde la virtualidad. Las entrevistas fueron lo más complicado en este proceso, ya que para ello dependíamos de la conexión de parte de la entrevistadora y la entrevistada para que funcionara también para el proceso de grabación, y fue necesario hacerlo por llamada de video para ver las expresiones y reacciones que tenían también frente a la pregunta. Por otro lado, las corpografías fueron otro punto importante, el cual se realizó mediante una videollamada en la que la chica fue dibujándose a sí misma. Lo anterior fue importante para comprender mejor la forma en la que las chicas pueden verse a sí mismas y conocer también cómo viven su cuerpo ahora dentro de lo virtual, a pesar de este no ser nuestro enfoque, también genera un punto importante, donde se puede visualizar la estética del cuerpo femenino en épocas de virtualidad y cuánto sigue siendo, dentro de este punto, influenciada por el narcotráfico.
Para finalizar este contexto, cabe mencionar que la tecnología ha avanzado mucho, tanto del lado de la medicina como el lado de la comunicación, lo cual podría hacer que incluso los medios de consumo que nos plantean la vida desde una narco cultura, sean aún más vistos y generen mucho más impacto en personas que incluso no lo conocían antes. Hay que dejar de ver a una mujer como un objeto sexual y comenzar a tener un análisis crítico sobre las influencias que hay en los medios con respecto a la estética y la forma de vida deseada.
Hallazgos
Cuerpos que se miran: ser deseable, modelos estéticos de la narco cultura, el deseo de ser miradas pero al mismo tiempo la incomodidad de que te miren.
Identificamos que las mujeres que se operan logran ser felices con sus cirugías y consideran que fue la mejor decisión que pudieron haber tomado, sin embargo, en algún momento se han llegado a sentir incómodas por las miradas de la gente, pues sienten intenciones de morbo, envidia o crítica. Así, es importante dirigir nuestra mirada a “los cuerpos que se miran” como un indicio para la comprensión de la mentalidad caleña y la necesidad de ser deseable (¿para quién?) y recibir miradas sin dejar de lado la incomodidad de que te miren.
Se supone que las mujeres se operan para verse y sentirse bien, pero qué pasa cuando la sociedad las juzga por ello?. Las mujeres toman la decisión porque es su cuerpo pero, aun cuando muchas mujeres quisieran mejorar su aspecto físico, son ellas mismas quienes miran a otras de manera despectiva cuando lo hacen. No es posible determinar si es intimidación o envidia pero resulta paradójico e incluso contradictorio, ya que por la cultura en el Valle, se consideran atractivas a las mujeres voluptuosas pero son juzgadas por ello.
Así pues, es importante reconocer que las cirugías estéticas traen también cambios en la rutina de la chica operada, debe llevar un proceso de terapia y acompañamiento para hallarse a sí misma en su nueva apariencia física y conseguir un reconocimiento sobre su nuevo “yo” por parte también de la sociedad y las personas que la rodean en su entorno.
Por otro lado, de acuerdo con el perfil de mujer bella que se basa en los estereotipos establecidos en el Valle del Cauca, es de resaltar que las mujeres son vistas como objetos de deseo, esto es lo que las vuelve culpables de actos violentos tanto como de acoso como de rechazo, durante la época de los 90, donde la mayoría de mujeres, sobre todo de bajos recursos eran buscados por los narcotraficantes y sus aliados, las mujeres tenían que seguir algunos estándares para poder ser vistas como “la mujer del narco”, los cuales se cumplían con cirugías estéticas. Muchas de esas imágenes siguen quedando en el imaginario de algunos hombres, o que hace que deseen algunas formas que solo logran adquirirse en un quirófano.
Cuerpo, reconocimiento y reparación: una mejor imagen y no reconocerse en el espejo. El desamor como motivación. Problemas que surgen de la mala intervención en el cuerpo.
Dentro de lo que se encontró en la investigación fue el que las chicas que se realizan cirugías estéticas también necesitan llevar un proceso de aceptación después de realizarse el cambio que querían, sea un cambio positivo o negativo, la mayoría no se reconocen y esto genera que su vida cambie, que todo sea diferente tanto para ellas como para las personas que las rodean.
Adicionalmente, de acuerdo con los resultados de la entrevista a una sexóloga, la mayoría de chicas que quieren operarse es por rupturas amorosas, esto muestra cómo el sistema nos mete en la cabeza, no sólo un estereotipo de mujer, sino también a una mujer culpable de que sus relaciones amorosas no hayan funcionado por no hacer parte de los estándares de belleza establecidos en el Valle del Cauca, los cuales van ligados con curvas definidas y abdomen plano.
También, es importante destacar los ideales de belleza que las personas tienen a causa de los estereotipos sociales. Conociendo que la definición de este tema es relativa, es inevitable afirmar que se encuentra condicionada por la cultura, que adicionalmente se desarrolló en un entorno de narcotráfico y de poder masculino en el Valle del Cauca. Así, las mujeres que se operan por lo generar hablan de mejorar la apariencia física de su cuerpo pero sin que la gente diga “uy esa vieja está operada”, como si el hecho de querer verse “mejor” y pagar por ello fuera algo malo.
El rol del cirujano: la profesión de los cirujanos y su relación con los resultados de los procedimientos.
Otro punto importante es el papel que cumple el, o la cirujana estética dentro de la afección psicológica post quirúrgica en la paciente, ya que si desde un inicio alimenta sus expectativas y los procedimientos no llegan a ser lo que ellas esperaban o su cuerpo rechaza los implantes, puede llegar a generar traumas y problemas mayores en la autoestima de una paciente que, en un inicio ya tenía algunos problemas en este.
“En la capital del Valle hay 102 cirujanos plásticos avalados por la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y Reconstructiva y anualmente se realizan cerca de 50.000 procedimientos de cirugía estética, de los cuales más del 28% se practican a pacientes que llegan del exterior” (Cámara de Comercio de Cali, NA). Así, es evidente la fama que tiene la ciudad de Cali en cuanto a los procedimientos estéticos, de tal forma que tanto a nivel nacional como internacional se evidencia la preferencia por viajar hasta la capital del Valle para mejorar el aspecto físico. Adicionalmente, la fama de los cirujanos en la región podría deberse a los resultados que se veían durante el auge del narcotráfico y el talento de los médicos para mejorar el aspecto físico de las mujeres en función de los deseos de los narcos.
Las diferencias de los cuerpos: moldes (fotos para quedar igual). No aceptación de las diferencias de los cuerpos.
Durante nuestra investigación encontramos que la plataforma digital Cultura Colectiva se encargó de publicar un artículo en donde se ranquean algunas de las mujeres más hermosas del narcotráfico, revelando la forma en la que el físico y las cirugías estéticas eran una de las condiciones para que los narcotraficantes mostraran cierto interés hacia ellas, para finalmente hacerlas parte de sus vidas y en algunas ocasiones de sus negocios. Lo anterior se evidencia por ejemplo con la vida de Sandra Ávila Beltrán, más conocida como "La Reina del Pacífico", quien “es sobrina del "Jefe de jefes". Estuvo presa por asociación delictiva y ha sido protagonista de varios narcocorridos y canciones (Olivares 2019).
Así pues, es importante mencionar la inconformidad que sienten las mujeres consigo mismas. Por lo general, muchas de las mujeres que se someten a estas intervenciones estéticas llevan fotos o tienen referencias de personas famosas a las que quieren parecerse después del tratamiento. Esto puede mostrar que los deseos de una forma estética están establecidos por una especie de molde social que nos muestra qué es bello y qué no lo es tanto, por ello, las personas llevan fotos o tienen referentes, pues quieren quedar como alguien.
Lo anterior también puede ser causado por la publicidad y los medios de comunicación que materializan a la mujer, pues algunas marcas normalizan los estereotipos de belleza que hay en la ciudad de Cali. Así, se generó una polémica debido a un anuncio publicitario en el barrio Chipichape, en donde “se muestra a una mujer con dos limones en las manos, a la altura de su pecho con un gesto de tristeza; y a su lado se ve la misma mujer con dos toronjas puestas en el mismo sitio, pero esta vez sonriendo, acompañada de la frase “Si la vida te da limones llámanos” (Pereira 2017). Lo anterior hace uso de un dicho tradicional como herramienta para promover las cirugías estéticas, satanizando el cuerpo de las mujeres que no tienen los senos de gran tamaño.
Referentes del narcotráfico: relación entre “belleza y los narcotraficantes”.
La revista para mujeres Fucsia publicó un artículo llamado “Narco estética Made in Colombia”, en el que afirma que “Virginia Vallejo fue la última diva exponente de la belleza clásica colombiana. Después de ella se impuso la diva producida de la estética narco” (Revista Fucsia, NA). Con lo anterior, es posible afirmar que tras la relación de Virginia con el narcotraficante Pablo Escobar, y considerando que era una mujer reconocida por su belleza aparentemente natural, comenzó una oleada de poder masculino sobre las mujeres de la época en Colombia; impulsando la prostitución y la transformación del cuerpo femenino mediante cirugías estéticas extravagantes como símbolo de atractividad y deseo.
Así pues, a lo largo de nuestra investigación nos pudimos dar cuenta que la voluptuosidad del cuerpo femenina está arraigada en la mente de las personas sin duda alguna como un derivado del narcotráfico, así pues, con nuestra corpografía pudimos notar que muchas veces las mujeres operadas han recibido comentarios de personas cercanas a su vida haciendo alusión al narcotráfico y a la fama de la mujer perfecta que constantemente se relacionaba con los duros de negocios ilegales. Con la mujer que nos ayudó en este proceso nos dimos cuentas que ellas consideran esos comentarios como ofensivos, ya que “aunque gracias a Dios vivo bien y no tengo problemas económicos, que te asocien con el narcotráfico y que le den valor a tu cuerpo por encima de tu intelecto y personalidad afecta significativamente. No me gusta que me miren como si fuera una amenaza o como si mi pareja les fuera a hacer daño”(Carmen).
Adicionalmente, a nivel internacional, Colombia es un país bastante destacado por la industria de la cocaína y la mafia. De esta forma, todo lo que tenga que ver con dinero y ostentación se relacionará de manera inmediata con la ilegalidad y las secuelas del narcotráfico. Así pues, la revista virtual El Clavo se da a la tarea de exponer que “el diario británico The Guardian causó revuelo en redes sociales luego de publicar un ensayo en el que se presenta por medio de fotografías, la popular práctica adoptada por muchas mujeres en nuestro país al someterse a temprana edad a un quirófano. Algo que generó la indignación de muchos, quienes describieron el artículo como una oda al estereotipo narco- estético de la mujer Colombiana” (Reyes 2015).
Conclusiones y recomendaciones
Aun cuando generalmente el narcotráfico se asocia con épocas pasadas, la actualidad se encuentra permeada por ciertas prácticas culturales y sociales que determinan el comportamiento y la forma de pensamiento de los caleños hoy en día. Las cirugías estéticas y su crecimiento con el paso de los años se deben en gran medida a un constructo social derivado del concepto de belleza y de la necesidad para encajar dentro de las características que le componen. Adicionalmente, las cirugías estéticas traen también cambios en la rutina de las mujeres operadas, pues más allá de lo físico, el proceso de asimilación personal y acoplamiento entre cuerpo y mente requiere de un proceso para reconocer su nuevo “yo”.
De este trabajo podemos sacar distintas conclusiones, por un lado, la sociedad ha visto a la mujer como un objeto que debe ser reparado y reconstruido para poder ser perfecto, lo cual en este caso se trabaja desde la cirugía estética en un contexto donde la influencia del narcotráfico predomina, sin embargo, esto se puede ver desde la venta de productos cosméticos y de los textiles ya que todo está encaminado en resaltar “la belleza” de la mujer.
Por otro lado, podemos conocer más a fondo la estética del cuerpo femenino en el Valle del Cauca ya que pudimos hacer la consolidación de diferentes perspectivas del tema con las tres mujeres que entrevistamos, las cuales hacían parte de este mundo de diferentes posiciones, esto no solo nos permitió ver distintas perspectivas sino que también nos ayudó a generar ideas concretas con las cosas que se complementaban entre una entrevista y otra, lo que nos llevó a conocer un poco más afondo el proceso que debe llevar la chica que se opera, tanto a nivel físico como a nivel personal.
Podemos ver que en el transcurso de este proyecto se habla de la aceptación que lleva la mujer después de un proceso de cambio, esto ha sido importante mencionarlo porque nos muestra que no solo se somete a un quirófano, sino que además se somete a una sociedad que juzga, que intimida, que hace daño. Las miradas siempre las ha causado la mujer, miradas incómodas que la atormentan, que la juzgan y la penetran, algunas que gustan, pero la mayoría tallan.
Finalmente, lo que nos permite este proyecto es vernos como mujeres y darnos cuenta que las figuras estéticas están desarrolladas desde los parámetros sociales y está en nosotras escoger cuando quiero hacerme un cambio realmente para mí y cuando lo hago porque me dejó mi novio por tener algunos rollitos de más, porque mi esposo me engañó con una que tenía más cola o porque me siento ignorada y quiero ser igual a esa cantante a la que le llueven los hombres, este proyecto nos ayuda a darnos cuenta de valor que tenemos y, a partir de esto que la decisión está en nuestras manos, que la belleza no parte de modelos estéticos regidos por la narco cultura, la belleza es de un cuerpo femenino armónico y una mujer segura de sí.
Bibliografia
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La construcción de la estética de la mujer a partir del fenómeno del narcotráfico en colombia (Castañeda, 2019)
Narconovelas: la construcción de nuevos estereotipos de mujer en la ficción televisiva de Colombia y México a través del retrato de una realidad social (Tiznado, 2017)
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