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Joseando(1) en las fronteras de la legalidad

  • Lab. Etnográfico
  • 21 jun 2021
  • 6 Min. de lectura

Las representaciones culturales del narcotráfico en la música juvenil[1]

Isabella López

Juan Camilo Miranda

Juan Felipe Patiño

“Chotorro, te encontraron muerto en el morro

Trabajas pal gobierno y yo la cara te borro

Te matamos si te nos vas por el chorro

Si me tocas a fugarme me corro (me corro!)”

Jodedor (Remix) (part. Benny Benni, Gotay El Autentiko, Almighty, D Ozi, Anuel AA, Juanka y Delirious)


¿Qué pasa con el reggaetón? Parece ser que sin importar su lyrics, sus beats han seducido e influenciado a toda una generación. ¿Qué secreto tiene el reggaetón para sincronizar con el estado de ánimo? Alguna vez nos hemos visto envueltos en buenas rumbas acompañados de este género musical y sin prestarle mucha atención a sus letras… ¿De verdad queremos prestarle atención?


Si lo hacemos descubriremos la otra cara de la moneda: curtida por la violencia y quemada por el vicio. Ese lado huele a pólvora y sabe a sangre, pero se pudre con el dinero, pues relata por ejemplo, como anécdota, una fatídica noche de asesinatos o la evasión de leyes para multiplicar el dinero de forma fácil y rápida. ¿Cómo se representa el narcotráfico en un género musical que cada vez se escucha más? ¿Cómo los oyentes de reggaetón y trap perciben la representación de un narco en una música que ha creado un imaginario de idolatría? Un imaginario sobre el aspecto, la actitud y los valores del narcotráfico…


Y es que como un tatuaje, la imagen del bichote benefactor nunca se borró de la cosmología propia del género. Aquel tipo que llega con cadenas y en guaguas (camionetas) a los caseríos a repartir regalos y dinero, sigue siendo adorado, respetado e idolatrado.


Como jóvenes, nos hemos visto sumergidos en la esfera del consumo de reggaetón y trap. No importa qué tan violento o desagradable sea el mensaje, al final su relevancia está en cómo suena y en la ficción que crea en la personalidad del público. En Cali, en donde se han evidenciado los desastres ocasionados por la era de oro del narcotráfico, la pregunta por el interés del contenido del reggaetón no sobra, pues el narcotráfico sigue muy presente y haciendo estragos.


El reggaetón, o trap, es un género que nació desde la pobreza y triunfó de tal manera que se escuchaba en Puerto Rico la expresión “it just beats salsa”. Venció a la salsa por su facilidad de contar vivencias propias del día a día de aquellos que lo escuchaban. En el narcotráfico encontró a sus primeros promotores, y en la violencia sus exponentes recibieron la musa para muchas de sus canciones. Es un género atrevido, crudo y que no le da miedo hacerle frente a sus detractores. Heredó muchos de los valores del narcotráfico y todavía hoy se ve cómo estos hacen parte de los mandamientos que todo reggaetonero debe seguir al pie de la letra.


No parecería muy común encontrar estudios acerca de la música popular y la influencia en su público. No obstante, existe bastante literatura acerca de la relación entre los géneros musicales del reggaetón y del trap con el narcotráfico. Esta relación no solamente se da debido a que algunos artistas están ligados al negocio de las drogas, sino también porque en sus canciones está representada la figura del narcotraficante como alguien que surge de la nada y obtiene un éxito inimaginable.


Dentro de la narcocultura se encuentran representaciones del narcotráfico: ya sea en las series de televisión, en el cine o en la música. Estos estudios muestran cómo los pioneros del reggaetón tuvieron obstáculos para empezar la producción y distribución de su música ya que no fue fácil encontrar quién financiara sus álbumes. Es entonces que se afianzan las relaciones entre la música y el mundo del narcotráfico, pues encontró ahí sus primeros promotores y productores. También, la literatura muestra cómo se vuelve una necesidad para los artistas construir una personalidad acorde a los temas de los cuales hablan en sus canciones. A partir de esa creación de personalidad, se construye también una serie de valores y ficciones que dieron paso al mito reggaetonero: una persona que nació en la humildad y que, a base del joseo, llegó a la cima sin olvidar a su gente.


Realizamos una revisión documental de prensa en la cual encontramos un sinfín de noticias y reportajes sobre la relación por la cual nos interesamos. Varias de estas noticias hablaban sobre cantantes de reggaetón y trap detenidos y acusados de tener nexos con el narcotráfico, ya sea por porte de armas o de estupefacientes o porque los bichotes los financiaron para lavar dinero.


Así, las diferentes expresiones mediáticas tienen una clara influencia en la vida de los “receptores”.


¿Se ha preguntado cómo algunas personas se imaginan a los reggaetoneros que también están metidos en el negocio de las drogas? Nosotros lo hicimos y encontramos dos maneras. Hicimos dos ejercicios de corpografía, uno con un grupo de personas que sí consume reggaetón en su vida cotidiana y el otro con personas que no consumen esta música y hasta la rechazan. Todos son jóvenes de 20 a 24 años y universitarios.


Resulta que ambos grupos representaron al personaje de manera muy diferente e interesante. El grupo que consume de forma regular este tipo de música fue capaz de crear una imagen corporal detallada: las marcas, tatuajes, joyería y estilo del pelo son protagonistas. Mientras que aspectos como su pasado, sus sentimientos, sus relaciones y otros aspectos propios de su vida personal -y que son tratados a profundidad en las canciones - parecen ser olvidados o tratados con bastante escepticismo. Ellos mismos lo dijeron: la personalidad retratada en las canciones es una creación ficticia propia de los artistas para entrar en una industria y complacer a una audiencia que disfruta oír sobre estas “hazañas del bajo mundo”. Lo físico, como es aquello que se puede ver, entonces no necesita más prueba para confirmar su veracidad. Lo físico se convirtió en lo más importante para quienes consumen reggaetón y conocen cómo funciona la industria.



El segundo grupo, aquellos que no solo no consumen esta música sino que también sienten aversión hacia esta, son capaces de construir un perfil extremadamente detallado sobre la psiquis y la vida personal del sujeto. Hablaron con total seguridad de estos aspectos. Sin embargo, al crear la imagen del físico, no estuvo muy relacionada con las temáticas de las canciones sino que parece responder a la generalización y a un estereotipo. Es más, la imagen corporal de dicho sujeto se puede llegar a relacionar más fácilmente con la de un narcotraficante común que con la imagen propia de un reggaetonero.



Dentro del reggaetón y el trap existen elementos usados para representar la riqueza y el éxito: es el caso de las “cubanas” o las cadenas grandes que vemos que usan algunos cantantes, la ropa de marca y los zapatos exclusivos. Todos esos elementos, muy difíciles de conseguir - o muy costosos - hacen alusión a famosos (los tenis Jordans o Yeezy). La percepción que se tiene de los tatuajes es que es una forma de contar la historia personal; los tatuajes hacen alusión a la simbología del mundo criminal - como fechas importantes o el nombre del amigo que mataron -, de la religión, etc. La modificación del cuerpo se convierte en el medio para mostrar ese éxito y sobretodo ese poder.


Finalmente, ¿qué nos dice la representación del personaje por parte de cada uno? Mucho. Aquellos acostumbrados a escuchar reggaetón y trap en su día a día construyeron un sujeto más acorde a su estilo. Por ende, es más normal para ellos construir un personaje con la misma ropa que ellos usarían. Por el contrario, aquellos que abiertamente rechazan este género musical, construyeron al personaje con todo aquello que no les gusta y hasta detestan: los zapatos coloridos, las camisetas de marca, la correa de marca, y los tatuajes “clichés”. Según la psicóloga Liliana Rojas, esto se debe a que las personas que no aprecian esta música no han tenido que revisar su opinión respecto a esta, solo han mantenido su visión sesgada a pesar del paso del tiempo, por lo cual su representación se ha mantenido atemporal e inmóvil frente a los cambios tanto en tendencias de vestir como en el pasado de los cantantes que han surgido.


[1] Josear, de hustle en inglés. Hace referencia a la búsqueda de dinero mediante varias formas, muchas veces haciendo estafas u otras acciones por fuera de la ley.

 
 
 

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